27 noviembre 2005

No es a los treinta...

Hay una crisis vital, que suele pasar la gente que no es, o no se considera (según los cánones de la sociedad en que vivimos) una triunfadora clara, cuyos estragos no dejo de asombrarme de lo jodidos que pueden llegar a ser. Hay quien dice que es la crisis de los treinta, pero yo insisto en que no tiene que ver con cumplir esa edad. Lo que pasa es que al cumplir los treinta supongo que haces análisis de tu vida, y eso puede llegar a ser un catalizador. Pero en realidad no tiene que ver con la edad.

Ocurre tras otra crisis, de efectos mucho más suaves, que se dá cuando abandonas tu vida de "prepararte para la vida", y empiezas tu vida de "soy parte activa de la sociedad". Quizá coincida con el momento en el que empiezas a manejar tu propio dinero, o quizá no, porque tu fiebre consumista o puramente la necesidad de tu circunstancia vital, haya hecho que en plena preparación para la vida ya hayas ganado dinero.

El caso es que se sufre un shock negativo por la dureza de la vida que se emprende, en comparación con la "infinita levedad" sin par de tu vida anterior. En contrapartida, (y gracias a ello la crisis no es del todo virulenta) se empieza uno a sentir importante, a sentirse útil de verdad, y a ser persona adulta en la práctica. Ese nuevo rol, mola. Aparte del dinero, claro, que también mola.

Superada esa crisis, la crisis del "Ya estás listo: ahora, a funcionar", llega la otra. La mal llamada de los treinta, la crisis de la que quiero hablar. Empiezas a trabajar, intentas que sea ya en serio (no por sacarte unas pelas para trapitos) a manejar dinero y a asumir las responsabilidades laborales. Te vas haciendo con experiencia, vas dejando de sorprenderte de todo, vas perdiendo (por la rutina y la costumbre) la ilusión de ser útil a la sociedad... va empezando a joderte estar encadenado al trabajo, vas viendo que las vacaciones no duran nada, vas viendo que el dinero no te llega para nada... pero todo eso no acaba de hacer mella. Es la vida, y todo eso. Te adaptas y disfrutas. Vas tejiendo tu proyecto de vida y todo va bien...

Pero llega un momento en el que vas consiguiendo todas las cosas que se necesitan "para ser feliz en la vida", como son pareja, casa, (coche, etc...), y trabajo estable, o al menos capacidad para no tener problemas para encontrar trabajo, que es casi lo mismo. Y una vez tengas todo eso que se supone que hay que tener, y coicidiendo con un bajón que te dá por la razón que sea, llega la crisis: Te dás cuenta de que tu vida es y será como es ya. Que está ya montada, y no hay razones para pensar que pueda ser sensiblemente mejor. Es lo que hay, así es tu vida, ése es tu trabajo, ésa tu pareja, y ésa tu familia, y tu entorno, y tu nivel adquisitivo y tu todo. Eso será así ya, de forma cíclica, año tras año hasta la jubilación. Ese eres tú: ya estás rodando y no hay arreglo.

La crisis toma cuerpo cuando caes en todo ésto, y no te mola nada. ¿pasa a los treinta? Pues igual sí, o igual no. El caso es que la cosa no es ninguna broma. El tema es serio, porque la gente se amarga realmente. Incluso si se cruzan los cables, se suicida. Y desde fuera no se entiende: con casa propia, iba a casarse, (o se acababa de casar) con la vida hecha y toda la vida por delante. No se entiende. Pero ocurre, y tiene fácil explicación en realidad. Antes no pasa, porque antes tiene arreglo. Y la gente del entorno lo tiene que sufrir, y dado el caso del suicidio (que ocurre, de verdad) inevitablemente echarse la culpa. No es justo.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

No es la mal llamada crisis de los 30. Es que, como tu dices, es en esta edad mas o menos cuando estas ya montado en la rueda. Ya tienes todo, mas o menos, a lo que puedes aspirar, trabajo, coche, casa pareja, y es cuando ves en realidad tu vida. Te das cuenta que "ya no hay mas".

Piensas "bueno, esto es lo que hay" ahora a vivir en la rueda, del trabajo a casa, de casa al trabajo, asi todos los dias, durante 30 años mínimo hasta que te puedas jubilar. Te amargas, te metes en una dinamica de depresión y algunos se suicidad. Duro pero real.

Es verdad que si lo piensas, la vida te depara muchas cosas por delante. Puedes ir subiendo en el escalafón, es decir, mejorar en el trabajo y ascender, puedes tener hijos, puedes cambiar de ciudad, nose, puedes hacer infinidad de cosas para que tu vida no sea monótona. El problema es que una vez que entras en la dinámica de depresión es muy dificil salir. Y eso puede llevar a una persona a tomar una decisión drástica y suicidarse.

Yo tengo 30, tengo trabajo, casa, coche, solo me falta encontrar pareja, pero ya estoy metido en la rueda. Es del trabajo a casa y de casa al trabajo. Pero de momento no voy a tomar ninguna decisión drástica, seguiré como hasta ahora, luchado porque siempre haya algo que me saque de la rutina y haga que esta vida merezca la pena.

Anónimo dijo...

Es que son muchos años preparandote para conseguir eso y una vez lo tienes y si no hay nada más...que haces? merece la pena el esfuerzo? pero peor es sino lo tienes...porque no todo el mundo de 30 puede tener casa y coche y trabajo...de pareja ya ni hablamos.
a mí aun me queda una década para llegar a esa crisis, xo supongo q cuando acabe la carrera y me vea en el paro o con un contrato basura entraré en otra.
besitos

Anónimo dijo...

La cultura,la educacion..nos prepara para que segun que determinada edad tengamos debemos realizar ciertas cosas... asi a los dieciseis puedes entrar en una discoteca, a los dieciocho como si te tiras a un tren se supone que ya puedes hacer de todo... A los treinta,te vuelven a examinar para el resto de tu vida.

Tu que ya has pasado la etapa de la pubertad y te encuentras enfrascado en el ritmo diario que se te impone ves que a tu alrededor en cuanto llega el ansiado cumple treintañero todo el mundo comienza a cuestionarte... ¿no vas a ascender en tu trabajo? ¿te comprarás un coche nuevo? ¿te comprarás un piso ,no? ¿te casaras? ya es edad de tener hijos hombre!!!

y uno que ya se exige bastante dia a dia y una y otra vez se enrededado en el dia a dia se da cuenta una mañana de que todo caduca a los treinta... ya no eres joven... pero tampoco anciano... todos los carnet joven que tengas de descuento debes exprimirlos al maximo porque en cuanto tengas 31 ohhhh la varita magica apagara todos tus derechos!

yo que he cumplido los treinta hace menos de un mes he decidido lo mismo que pense a los veinticinco... tomarme las cosas con calma ! (las que pueda) y a estas alturas que la presion de la sociedad,de las tradiciones, de la familia..pasen de largo..ahora con los treinta,con la experiencia a las espaldas y con lo que me queda por vivir deseo manejar mi vida lo maximo posible. Aprovechar cada momento y disfrutar aquello que me satisfaga por nimio que sea..ser feliz..convertirme en mejor persona..que cada dia se una meta y esperar a que lleguen los cuarenta aver que fobia toca esta vez....

Anónimo dijo...

Eva treintañera y que no conozco? :-) Bienvenida. ¿Como llegaste a mi universo? ¿Lees a Keixa? ¿Eres Keixa? :-)

Uff, qué curiosidad...

Anónimo dijo...

JAJAJA!! coño, no puede ser tan malo llegar a los treinta. a mi me queda un poco, pero espero no entrar en depresión y suicidarme, jeje…
si en el fondo estás en la flor de la vida…
un saludo desde León ;)

Anónimo dijo...

yes, estoy en esa...crisis de los treinta; gracias me siento interpretado.

Anónimo dijo...

diosssssss¡¡¡¡¡¡¡¡¡ eso eso precisamente es lo que actualmente me pasa,, tengo trabajo, tengo familia, me consideron guapa, con muchas virtudes, y tambien defectos,,, creo que a estas alturas, ya he detectado algunos. Pero bueno, mama, pregunta, y se cuestiona, que no piensas en el matrimonio? y lo que ella no sabe, es que se encargo de tatuarmelo de niña, y ahora que llego a esa edad y no tengo una pareja estable, me da un pavorrrrr¡¡¡¡ por que por esta cultura, y un requisito que debiera estar palomeado, pero en fin, sigamos viviendo cada uno su propia pelicula, aunque esto de hablarlo, es muy bueno, al menos sabemos que nos pasa, y que podemos expresarlo, y que no estamos ni estaremos nunca solos, y que lo que vivimos, a miles de personas les esta sucedidento de igual, o peor forma..
en fin, cuidensen, es mi primera experiencia,,, de escribir, es decir, hacer comentarios para una pagina...
mmmmmm,,, acabo de encontrar algo bueno, que hacer jejejejej

y abrazo,

Anónimo dijo...

Bienvenida, Isa, pero ya no estamos aquí. Estamos aquí. Te espero en mis posts actuales. :-)

Anónimo dijo...

Hola. Muy interesante tu reflexión. Pero creo que te va a interesar este otro enfoque:
Lo que tú comentas, de la rueda, casa+coche+novia/mujer, todo eso, es cierto. PEro esto es como todo: puedes vivirlo como "qué asco de vida, esto para siempre", o vivirlo como "qué estupendo, ¿no? adulto, sano, acomodado y libre". No me voy a poner en plan espiritual de "tío, sé feliz sin tener una mierda, ya que siempre hay alguien que tiene menos que tú". No. Voy a ir al ajo de la cuestión, con pragmatismo.

Ya sé que normalmente cuando deseamos algo, ese algo nos parece la leche, y sentimos que alcanzándolo conseguiremos la felicidad absoluta; pero una vez alcanzado no era para tanto... Somos así, qué se le va a hacer. Pero tampoco creo que sea esto.

Ni la hipotética monotonía (que es algo muy subjetivo), ni la falta de nuevas metas e ilusiones futuras. Digo que la monotonía es algo subjetivo, porque la monotonía de la enseñanza primaria y, sobre todo, secundaria, me parece de proporciones descomunales. Y no se quejan mucho.

Creo que la clave de todo esto (y soy economista, no médico) está en la pérdida de todas esas hormonas que tenemos en la adolescencia y hasta bien entrados los veintitantos.

Con veintimuchos (25, 27, etc., según cada uno), realmente ya perdemos también ese cóctel de euforia hormonal, y con 28 ó 29 aún seguimos siendo un poco felices... Pero como aún estamos en la veintena y en su dinámica, de alguna forma la inercia de sentir de los años anteriores se mantiene esos pocos años más.

Pero al entrar en los 30 (como en cualquier otra etapa) es instintivo hacerse el repaso de rigor y el nuevo enfoque filosófico para nuestra vida en la nueva etapa. Es ahí donde empieza el problema, porque ya no tenemos la euforia de las hormonas, y el nuevo enfoque que nos marcamos es más prosaico, menos (o nada) romántico, menos eufórico, más realista, menos soñador, etc.

Tú pones a un chaval de 20 años, con novia (o incluso mujer), trabajo, coche, y sigue siendo un tío esencialmente feliz. Es decir, pones a un tío de 20 con las condiciones de uno de 30 (y si haces un esfuerzo recordarás que a alguno habrás conocido), y sigue siendo feliz. POr las hormonas. El tío de 20 años es esencialmente feliz, tanto el que está en la universidad soñando con que su futuro profesional será ser el centro del universo, como el repartidor de cocacola, que va con la carretilla con un buen humor y un cachondeo (y cierta irresponsabilidad) propio de la edad.
Y si te fijas, buscas un chico de treinta y tantos, que por cualquier motivo aún siga estudiando doctorados y tal, y ya tiene un comportamiento algo más apesadumbrado, y "aplastado por la vida", a pesar de mantener el estilo de vida de un tío de 22 años.

Yo sí creo sinceramente que existe esta crisis de los 30, que viene básicamente por hacer el repaso y replanteamiento filosófico propio e inevitable de cada nueva etapa, pero en esta ocasión es, por primera vez, sin la droga hormonal de euforia que hemos llevado desde los 15 hasta los 25 (aprox.).

Imagínatelo de otra forma: imagina que las hormonas éstas de la locura feliz adolescente nos vinieran con los 25-27 años de edad, y se fueran con los 35 ó más.
Verías que los estudiantes de instituto son unos amargados totales, con un índice de suicidio de locura (porque menuda mierda de vida tienen, si lo piensas bien). Los universitarios, en vez de estar permanentemente sonriendo y soñando con un futuro profesional de cuento de hadas, estarían apesadumbradísimos, quejándose permanentemente de que no tienen un duro, y que así no se puede vivir, y de que el estrés de la presión de exámenes les come.
Y luego estarían los de la treintena, saltando de alegría, diciendo por fin tengo dinero, coche y casa, por fin puedo hacer (casi) lo que me da la gana. Sólo trabajo 40 hrs. y el resto del tiempo hago lo que me da la gana, etc. etc. Las discotecas y lugares de socialización estarían repletos de gente de treinta y tantos, y no de veinteañeros. Ya que los treinteros necesitarían compartir esa alegría y esa energía vital, y conocer gente y divertirse con otros.

Así lo veo yo. Como algo hormonal.
Porque la realidad es que la rueda esa de trabajo-casa-coche se puede vivir de muchas formas diferentes. La realidad también, es que el mundo, tanto las leyes, como la política, como la economía y actividad productiva, están injustamente pensados para nosotros; los adultos en edad productiva (entre 30 y 60 aprox.). Es ahora cuando notamos más poder, más escucha, cuando nos hacen caso al reclamar, etc. Y esto no lo estamos comentando.

Añadir también que pienso que es una edad en la que puede ser bueno acercarse al psiquiatra, y que nos recete algo para encauzar este "síndrome de abstinencia" de las sobredosis hormonales de la adolescencia que ya no tenemos. Por 100€ por sesión, en un par de sesiones realmente te devuelve tu forma de ser normal. Y a día de hoy la farmacología hace maravillas, con productos que son prácticamente naturales para el cuerpo. Que aquí en España tenemos cierta aversión a eso de ir a un psiquiatra, pero no es sólo para los que "oyen voces" (que esos casi no existen), sino simplemente para cualquiera que está estresado, preocupado, agobiado, o un poco apagado. Como todos los treintañeros.

Digo todo esto, porque al sentirse uno jodido, lógicamente tiende a buscar fuera la causa de sus males. En este caso se la echamos a la dinámica trabajo-coche-casa-pareja, pero haciéndolo estamos haciendo un análisis erróneo. Como siempre el problema está en nostros; en este caso, es algo químico. Echándole la culpa a otras cosas, corremos el riesgo de dañar injustamente también esas otras cosas. Seríamos así artífices de una injusticia, aparte de que de rebote también recibiríamos más problemas, que en cierto modo vendrían a confirmar más nuestra actitud de "que la vida es una mierda", y suma y sigue, ¿no?

Lamento haberme alargado tanto. Pero si mis comentarios han podido servir para que a alguien se le haga un poco más simpática su vida, me alegraré.

S2,
playero_74@hotmail.com

Anónimo dijo...

A lo mejor llego un poco tarde a esta discusión... Yo quiero romper una lanza por la crisis de los 30 que a mí me ha sentado fenomenal. Yo soy una de esas personas que la gente considera con éxito y de pronto me he dado cuenta de que... ¿para qué? Me he parado a pensar y me he planteado todo lo que había conseguido hasta ahora. Me estaba metiendo en una dinámica que me llevaría al éxito profesional pero a costa de ignorarme a mí misma, probablemente a costa de mi salud... No me arrepiento de nada de lo que he hecho porque al fin y al cabo lo he hecho convencida, pero me alegro mucho de haberme dado cuenta a tiempo mis errores porque he agarrado el timón y he dado un giro de digamos 160º. Por lo demás estoy encantada de ser libre, vivir donde quiero, ser quien quiero ser. Vamos, que si te quedas anclado es porque quieres porque nunca es tarde. Puedes elegir tener un trabajo rutinario para vivir seguro y dedicarte a tus hobbies por las tardes, que a lo mejor son lo que te llena, o puedes elegir trabajar a un ritmo trepidante. Puedes darlo todo por una causa, o volver a empezar en un campo nuevo. Métete en internet y busca currículos de gente, ya verás la de vueltas que da la vida. Esto es como un juego y un gran medida tú defines las reglas.
¡Mucha suerte!

Anónimo dijo...

si piensas que la vida es trabajar para conseguir dinero, intentar subir peldaños a costa de tus compañeros, comprarte una casa, ropa guay, un coche molon, casarte con el pibe o la piba guapa/o del barrio, tener hijos y llevarlos a un colegio privado, NO ME EXTRAÑA QUE CUANDO ENTRES EN RAZON DE QUE ESTO ES MAS QUE DE LO QUE TE HABIAS CREIDO, SE TE VENGA EL MUNDO ABAJO, DA IGUAL LA EDAD 30 , 40 O 50 AÑOS. ¡¡¡ AS SIDO UN EGOCENTRISTA !!!!! EL MUNDO NO ERES TU Y TU CIUDAD. EL MUNDO Y LA GENTE. EL MUNDO Y LA GENTE. EL MUNDO Y LA GENTE. EL MUNDO Y LA GENTE...

Unknown dijo...

La crisis de los treinta no necesariamente es a los treinta y no necesariamente se vive. Un requisito para vivir esta o cualquier otra crisis es pensar y reflexionar. Podemos creer que todas las personas reflexionan, sin embargo la profundidad con la que lo hacen, cambia la intensidad de la crisis.

Creo que mucho del problema radica en que durante toda nuestra vida recibimos mensajes de Como debe ser la vida ideal? Cómo se debe ver y sentir una persona que es feliz? ¿Qué tienes que tener y como debes comportarte para ser feliz? etc, etc. Es decir, durante los primeros 30 años de nuestra vida se nos da una detallada receta de la felicidad que en teoría funciona para todo mundo.

Se nos promete que si tenemos un coche, un trabajo estable, una pareja, una casa con un perro, dinero, joyas y status social; en pocas palabras si somos "exitosos" seremos felices.

Oh por Dios! A quien se le ocurrió hacer una receta universal? Es un hecho que aún cuando muy en el fondo los seres humanos somos muy parecidos, las pequeñas grandes diferencias que nos hacen únicos, son suficientes para que la receta de la felicidad no le funcione a todos.

Quizá muchos logran ser felices con esta receta (benditos ellos que no necesitan reflexionar ni cuestionarse tanto de la vida), pero muchos no lo logramos. Al final uno se da cuenta que las cosas que en verdad te llenan son distintas para cada persona. Y en muchas ocasiones eso que nos llenan y nos hacen vibrar pueden ser más simples de lo que imaginamos y nada tienen que ver con el cumulo de exigencias que se nos pide para ser "exitosos".

La cuestión es que muchas veces no es tan fácil encontrar Que es lo que te llena en la vida? Que es lo que en verdad te hace vibrar?

Unknown dijo...

Una llega a una edad, digamos que 31, al cual tiene un piso, trabajo (ahora no, en breve tendré), éxito profesional, y aún así no es feliz. ¿Porque?
Nos educan,(padres, profesores) para que tengamos una educación, una carrera donde tengamos un futuro profesional, para que nos valemos por si mismos. Está estipulado así.
Trabajamos al principio para ganarnos cuatro duros pero una vez enfoquemos el trabajo a nuestra profesión, iniciamos el ascenso trabajando duro, nos enseñan a ser ambiciosos, a especializarnos, máster o postgrado incluidos.
En la vida personal, nos indican (mujer) que hay que tener pareja, casarse y tener hijos porque a una cierta edad no podrás tener. A más, por el hecho de ser mujer, ser soltera a una cierta edad la tildan de “solterona”, por suerte la gente que he oído decir esa palabra, son personas ignorantes de la vida, mayormente hombres, bueno, resumiendo, gilipollas también.
En este punto me quedaré, a mi me encantaría tener pareja estable, cualquier persona le gusta que le quieran, a quién no! Pero por desgracia, cuando he amado no ha sido correspondido y viceversa también. El amor no está en nuestras manos, es decir, no puedes elegir (como un trabajo o que estudiar), llega y por mucho que te esfuerzos en intentar querer a alguien, es decir forzar la situación, sólo consigues engañarte a ti misma.
A más, la mayoría de mis amigas/amigos están con pareja y/o casados por no decir todos. Esto se suma, a cada vez que nos vemos, son todo pareja menos tu. Y en fin, hay días que no te importa quedar pero hay otros que no te apetece.
Este tema me ha afectado, pero es una parte de la crisis de los treinta, es decir, una vez estas en camino (estudios, trabajo, pareja) no lo ves, pero una vez llegas a las metas, y dices: ¿y ahora qué?
¿Seré soltera, o con rollos que no lleguen a ninguna parte? Pero estoy cansada, así que he cogido el toro por los cuernos y me he dicho: “No puedes esperar a que llegue” así que, me he echado de valor, también con ayuda profesional (psicóloga) y hacer aquellas cosas que me gusten, que me llenen sin más, la vida está hecha para vivirla y hacer aquellas cosas que una que le llenen.
Reflexionar es de sabios, estaba cansada de saber porque no era feliz, así que fui a un especialista y me está ayudando a ver otros puntos de vista y a no ser tan exigente conmigo misma y encontrar aquello que te llena, te motiva, te hace vivir…sin más.

Gemma